domingo, 27 de febrero de 2011

Sólo tres actores para una tragedia: reparto de papeles en Antígona, de Sófocles

La limitación en el número de actores "que hablan", o cantan, en una tragedia griega obligaba  al autor a estructurar de acuerdo con ello las entradas y salidas de los personajes. Aunque el origen de la tragedia es un tema muy discutido, la tradición atribuye a Tespis ser el primero, en el siglo VI a.C., que se desgajó del grupo de personas (coro) que entonaban ditirambos en honor de Dioniso, lo que permite ya el diálogo, y, por tanto, el teatro.
Esquilo introdujo el segundo actor y Sófocles el tercero, lo que permitía mayor juego escénico: los actores hablan entre sí y/o con el coro, por medio del corifeo, entablándose una conexión directa entre la escena (el lugar destinado a los actores)  y la orquesta (el lugar que ocupa el coro). En Antígona esperamos, pues, que se repartan todos los papeles "hablados" tres únicos actores, aunque pueda haber en escena otros personajes mudos. El cambio de máscara permite la inmediata transformación del actor en personaje.


En Antígona, así se reparten los papeles:
Actor primero (protagonista): Antígona, el adivino Tiresias, Hemón (el prometido de Antígona).
Actor segundo (deuteragonista): Creonte, Eurídice (esposa de Creonte).
Actor tercero (tritagonista): Ismene (hermana de Antígona), guardián.

La imagen que presentamos pertenece a una crátera de figuras rojas atribuida al Pintor de Dolón (fechada en torno a 380 a.C.): Antígona ante el rey Creonte, escena inspirada en Antígona de Sófocles (cf. vv.388 ss.). El rey, sentado en el trono y con los pies sobre un escabel, sujeta el cetro (símbolo de su autoridad) y va lujosamente tocado, vestido y calzado. Antígona, con la cabeza velada con el manto (himatio) muestra cierto pudor (A ti te hablo, la que inclinas la cabeza hacia el suelo... - verso 442- son las palabras con las que comienza el agón o enfrentamiento verbal entre Antígona y Creonte) aunque su mano abierta indica que no permanece muda; ante ella, un joven guardián (con túnica corta y reconocible por la lanza)  está explicando de forma vívida, a juzgar por su gesticulación, las circunstancias en las que se ha llevado a cabo la captura de la desobediente muchacha que ha intentado enterrar a Polinices, desobedeciendo la orden real. El segundo joven guardián observa, mudo y en reposo, la escena.

viernes, 25 de febrero de 2011

Alejandro Magno: cuatro batallas decisivas e innumerables ciudades con su nombre

Cuatro grandes victorias en nueve años harán a Alejandro dueño de un inmenso Imperio:
La del Gránico (mayo de 334 a.C.), en Frigia, no lejos de la antigua Troya, contra los persas, al mando de sátrapas locales. Alejandro se ve rodeado y llega a ser derribado, pero acude en su ayuda Clito el Viejo, uno de sus más fieles generales. La falange arrolla a la caballería persa y sus aliados de Asia Menor, que huyen en desbandada.




La de Isos (octubre de 333 a.C.), en las montañas sirias, frente a Darío III. Los bárbaros son aplastados por la falange macedonia y Darío huye abandonando su carro de guerra, su oro, a su mujer, sus hijas y su propia madre (a las cuales tratará Alejandro con toda consideración).



La de Gaugamela (octubre de 331 a.C.), en el corazón del actual Irak. Los griegos descubren horrorizados los carros falcados (con guadañas en las ruedas) y los elefantes, y pierden más de mil caballos y cinco mil hombres, según Arriano. Pese a todo, los macedonios vencen y Darío huye nuevamente, pero será cobardemente asesinado por sus propios generales.



La del Hidaspes (mayo de 326 a.C.), en el actual Pakistán. Alejandro se enfrenta al rey indio Poros, que ha reunido 30.000 soldados de infantería y arqueros y un centenar de elefantes de combate. Tras ocho horas de agotador combate, herido y exhausto, Poros se rinde.

Cuando Alejandro partió de Grecia, su intención declarada era vengar a los griegos de las humillaciones sufridas por sus antepasados durante las Guerra Médicas, ciento cincuenta años antes, y proteger las ciudades griegas orientales de la hegemonía aqueménida, pero luego obligará a su ejército a seguir avanzando más hacia el este: Licia, Frigia, Siria, Egipto, Babilonia, Media, Partia, Bactria… Pese a la muerte de Darío en el verano del 330 a.C., continúa hacia Sogdiana, cerca de la India, soñando con un reino universal. Sus hombres se quejan; quieren regresar a su patria. Camino de vuelta, Alejando muere (323 a.C.) y su Imperio se divide, pero ha dejado tras él un buen número de ciudades que llevan su nombre: de Alejandría de Egipto a Alejandría de Aria (hoy, Herat) y Alejandría del Cáucaso, de Alejandría de Aracosia (hoy, Kandahar) a Alejandría Escate (la Más Extrema), son  escaparates de la cultura griega, como islotes en tierras lejanas. 



La más célebre, Alejandría de Egipto, fue fundada oficialmente el 20 de enero del 331 a.C. sobre un terreno de arenisca poco favorable pero en situación estratégica inmejorable, al ser lugar obligado de paso para todas las mercancías que circulan entre Egipto y el Mediterráneo. El propio Alejandro señaló con harina el circuito sobre el que debían levantarse las murallas; una bandada de pájaros acudió volando a comérsela, lo que fue interpretado como señal de que muchos extranjeros vendrían a habitar la ciudad y que ella daría alimento a muchos hombres. La leyenda cuenta que Alejandro recibió sepultura en sus cercanías. La ciudad creció en población gracias al comercio, y allí se levantó, en el año 290 a.C. y en la isla de Faro, el célebre monumento de igual nombre, una de las siete maravillas del mundo antiguo, mientras que la no menos célebre Biblioteca llegó a albergar más de 700.000 manuscritos y fue depositaria de todo el saber antiguo.

Alejandro Magno: la falange macedonia y la flota

La falange macedonia y la flota fueron los elementos decisivos que permitieron a Alejandro Magno hacerse dueño de un inmenso imperio.
Entre 334 y 323 a.C., la falange macedonia, una unidad de élite, sorprenderá a los ejércitos persa e indio. Compuesta al principio sólo por ciudadanos macedonios, los pezetairoi, en su mayoría campesinos libres, eran servidores incondicionales de Alejandro, orgullosos de ser macedonios y de pertenecer a un cuerpo exclusivo.


A diferencia de los hoplitas griegos, los miembros de la falange apenas van armados: llevan una pelta (escudo redondo) colgada al cuello que les cubre el hombro izquierdo, y la sarisa, lanza fina de casi siete metros de longitud. Este equipo tan ligero permite que la falange se mueva con enorme rapidez y coordinación, a las órdenes del estratrego (general). Dispuestos en varias filas, los soldados se despliegan en línea recta, oblicua u horizontal, como una especie de erizo de hierro.


En cuanto a la flota, si en 334 a.C. cuenta con 180 naves, en 325 a.C. alcanzará la cifra de 1.800. Barcos de combate, de carga, de pesca, piratas… Su jefe es el comandante Nearco, descendiente de una ilustre familia de marinos cretense.
La artillería cobró gran impulso durante la conquista. Gracias a los descubrimientos de mecánicos, ingenieros y técnicos, el armamento pesado se convirtió en un apoyo decisivo para los macedonios: escudos, cascos y corazas no sirven de nada ante enormes ballestas que disparan flechas de 90 cm. incendiadas; las catapultas lanzan piedras de hasta 80 kg. de peso a 150 metros; torres desmontables de 20 m. de altura, realizadas en madera y metal, y empujadas por miles de hombres si es preciso, llevan en cada piso tiradores, balistas y arietes…


En su camino hacia el este, Alejandro llega a desplazar casi cien mil personas, la mitad de ellos civiles (mujeres, niños, artistas, geógrafos, adivinos, espías, esclavos…). Su infantería comprende 24.000 hombres (la mitad macedonios y el resto griegos); auxiliares y mercenarios (tracios, agrianos, peones, cretenses…), 12.000; miembros de la caballería, 5.100 (divididos en dos escuadrones acorazados y cinco de caballería ligera); ingenieros y mecánicos, 4.000. Soldados y civiles recorren el mismo itinerario, sufriendo toda clase de penalidades: frío, calor, llanuras, desfiladeros, puertos de montaña… Alejandro recorrerá 18.000 km. creando en doce años un Imperio de más de tres millones de kilómetros cuadrados.

jueves, 24 de febrero de 2011

Alejandro Magno: vida y leyenda

Entre los siglos VI y IV a.C. los geógrafos griegos se plantean cómo es la Tierra: ¿como un disco flotando sobre las aguas? Si se llega a los confines del mar, ¿se cae uno al vacío? Poco a poco irá imponiéndose la idea de los pitagóricos  de que la Tierra es una esfera, pero el mundo que conocen los griegos de aquella época, la denominada oikouméne (tierra habitada), abarca desde lo que es ahora el Estrecho de Gibraltar hasta Afganistán.

 ¿Y quiénes viven más allá de las costas del Mediterráneo? Según Heródoto (484-420 a.C.), los bárbaros, gentes que no hablan griego. Cuando nace Alejandro, aún queda mucho mundo por descubrir.


El mundo según Heródoto


Alejandro nace en julio del 356 a.C. en Pela (Macedonia), hijo de Filipo II de Macedonia y su cuarta esposa, Olimpia. Tras permanecer seis o siete años en el palacio real de Egas con sus primos, es entregado a un severo preceptor para que le eduque: Leónidas, pariente de su madre, quien someterá a Alejandro a una durísima disciplina (ejercicios físicos antes del amanecer, escasa comida, obediencia ciega…). Junto con otros adolescentes de la aristocracia macedonia aprende gimnasia, música y poesía. Sus diferentes preceptores fomentan sus cualidades físicas e intelectuales. Como colofón a su aprendizaje, se inicia en la filosofía con Aristóteles.


Desde muy joven acompaña a su padre en las campañas militares: a los 17 años lucha contra los escitas; a los 18 ya manda sobre un escuadrón de 225 hombres. Por eso, al morir su padre (apuñalado por un tal Pausanias en el año 336 a.C.), le designan sucesor, aunque tiene sólo 20 años.

Muchas leyendas circulaban sobre él: que su padre no era Filipo, sino el propio Zeus que se había unido a Olimpia con forma de serpiente; que cuando domó al inmanejable caballo Bucéfalo, su padre le dijo, entre lágrimas: Hijo, búscate un reino igual a ti mismo, porque  Macedonia no tiene suficiente sitio para ti ( παῖ, ζήτει σεαυτῷ βασιλείαν ἴσην Μακεδονία γάρ σε οὐ χωρεῖ ) ; que Talestris, reina de las Amazonas, le pidió engendrar con él un hijo para que éste sobresaliera sobre todos los mortales; que desató el nudo gordiano cortándolo con su espada, pues los bárbaros creían que quien fuera capaz de deshacer el inextricable nudo de un carro que había en la ciudad de Gordio llegaría a ser el rey del mundo habitado.


Se casó tres veces, aunque su afecto siempre estuvo volcado en Hefestión, su amigo desde la infancia: la primera con Roxana, hija del noble persa Oxiartes en el invierno de 328-327 a.C, en Bactria, con la que tendrá en 324 a.C. un hijo, Alejandro IV (324-310 a.C.), al que nunca llegará a conocer. En marzo del 324 a.C. se casa en Susa  simultáneamente con Parisatis, hija de Artajerjes II, y con Estatira, hija de Darío III, para sellar la amistad entre macedonios y persas, pero no habrá hijos de estas uniones.

Cuando Alejandro parte de Grecia, su idea era conquistar la Persia de Darío III, pero luego obligará a sus hombres a llegar hasta la India, soñando con un reino universal. Tras la batalla del Hidaspes en 326 a.C. los soldados se enfrentan al rey y comienzan el regreso. Hefestión muere en 324 a.C., tal vez de fiebres tifoideas. Alejandro le entierra en Babilonia, pero no mucho tiempo después, tras una agonía de diez días, muere la noche del 10 de junio del año 323 a.C., después de haber bebido vino puro cuando tenía fiebre, según Arriano. Fiebres, escalofríos, sed terrible… Probablemente un simple insecto le venció, haciéndole enfermar de paludismo.




Sus antiguos jefes militares se disputan el Imperio que Alejandro había creado y se lo reparten, creándose los reinos helenísticos. Ya no se consumará la unión de Oriente y Occidente que tanto había deseado Alejandro, pero durante tres siglos no disminuirá en el mundo habitado la influencia griega.



Lecturas recomendadas:
F. Theulé, O. Laboureur, Alejandro y Oriente, Anaya, Madrid 1996.
Plutarco, Alejandro.
Flavio Arriano, Anábasis de Alejandro.
Diodoro Sículo, Biblioteca XVII. 
Pseudo-Calístenes, Novela de Alejandro.

lunes, 21 de febrero de 2011

Contubernia Gregoriana XI: Xurés-Gerês, Reserva de la Biosfera

Xurés-Gerês es una de las reservas transfronterizas de la Unión Europea, declarada por la UNESCO en 2009 Reserva de la Biosfera por la variedad de sus ecosistemas de bosque y turbera y el considerable número de especies endémicas existentes bajo la influencia conjunta del clima oceánico y mediterráneo. Atlántico por la humedad, mediterráneo por la temperatura y semialpino por la altitud.



Uno de los accesos al Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés (con Centro de Interpretación en Lobios) se realiza desde Ginzo de Limia por la carretera comarcal OU-301 hasta Bande; otro, desde Orense, por la OU-540. En estas tierras hay restos de todos los pueblos que las han habitado desde la antigüedad: dólmenes, castros, el campamento romano y la mansio de Aquis Querquennis, con el Centro de Interpretación "Aquae Querquennae-Via Nova", la villa romana de Riocaldo (o mansio de Aquis Originis), la calzada XVIII o Via Nova con numerosísimos miliarios, la iglesia sueva de Santa Comba de Bande, construcciones populares como refugios de pastores, molinos, fuentes, hórreos, cruceros, muros, caminos... y también bellezas naturales como las aguas termales del río Caldo (con la villa balneario de Lobios), la cascada de A Fecha, miradores naturales con vistas a sierras de abruptas cimas o montes de formas suaves, granito cubierto de monte bajo en las cumbres, robledales en el valle y bosques de galería junto a los cauces fluviales. Es tierra de lobos, nutrias, corzos y cabras montesas.
El Limia ha excavado un pasillo natural, pero no es él quien marca la frontera: la raia seca se sitúa en lo alto de las sierras: O Laboreiro, Queguas, Quinxo, Santa Eufemia, O Xurés y O Pisco.

viernes, 18 de febrero de 2011

Contubernia Gregoriana X: Petavonium

A finales del siglo I a.C., la Legio X Gemina se asienta en el valle de Vidriales, entre los actuales pueblos de San Pedro de la Viña, Rosinos de Vidriales y Santibáñez de Vidriales, en un lugar de gran interés estatégico: junto a la Via XVII, que unía Bracara Augusta con Asturica Augusta (pasando por Aquae Flaviae), que permitía la comunicación con la Gallaecia por un lado y, desde Asturica, con la Lusitania por otro, siguiendo la Vía de la Plata, y cerca de la zona en que se habían desarrollado las guerras contra cántabros y astures (26-19 a.C.) y del complejo minero de Las Médulas.

El primer campamento ocupaba 17 ha., tenía capacidad para más de cinco mil soldados y estaba protegido por una muralla y un foso doble. La función de la legión era pacificar, controlar y administrar el territorio y entrenar a las tropas auxiliares reclutadas en la zona.


En el año 63 d.C., la Legio X Gemina marcha a combatir en la frontera del Danubio y el campamento queda deshabitado, hasta que en época de Domiciano se acantona dentro del viejo cuartel el Ala II Hispanorum Civium Romanorum, una unidad auxiliar de caballería de jinetes hispanos con ciudadanía romana. Levantan en el interior del campamento uno mucho más pequeño, de 4,5 ha., rodeado por una muralla de mampostería trabada con argamasa, con torres en su perímetro y cuatro puertas orientadas a los cuatro puntos cardinales, y un foso de unos 4 m. de anchura. Las nuevas edificaciones están cerca de la muralla, y por eso se hace la ronda tras la muralla vieja. Quedan restos de dos puertas (la decumana y la praetoria, esta última con dos vanos, uno de entrada y otro de salida, flanqueada por dos torres para los cuerpos de guardia y con una cisterna próxima), los principia o cuartel general, el valetudinarium u hospital, construcciones residenciales y para actividades diversas de la tropa. A partir de Diocleciano, se transformó en la Cohors II Flavia Pacatiana, activa todavía a finales del siglo IV d.C.



A las tropas les seguía siempre un gran número de civiles (familiares, comerciantes, prostitutas, esclavos…), que se asentaban en las proximidades de los campamentos dando lugar a núcleos de población a veces muy extensos. Petavonium es el nombre que recibió la ciudad que nos ocupa y llegó a ocupar entre 80 y 90 ha. Su centro urbano podría encontrarse en torno a la actual ermita de Nuestra Señora del Campo, y posiblemente tuvo termas públicas y un templo dedicado a Hércules. La ciudad continuó habitada hasta las invasiones bárbaras, en el siglo V d.C.
En el Itinerario de Antonino se menciona la mansio de Petavonium; de este núcleo de población civil quedan escasos restos: la fuente romana de San Pedro de la Viña e inscripciones en casas e iglesias de los alrededores.

jueves, 17 de febrero de 2011

Contubernia Gregoriana IX: Aquae Flaviae (Chaves)

Aquae Flaviae (la actual Chaves) ocupaba un lugar estratégico en la Via XVII del Itinerario de Antonino, convergencia de las vías romanas que comunicaban Bracara Augusta (Braga) con Asturica Augusta (Astorga), por el camino más corto, y, hacia el norte, con Iria Flavia (Padrón), muy transitadas gracias a los abundantes recursos naturales que se exportaban a Roma desde la que fue Gallaecia. La existencia de aguas termales (que dan nombre a la ciudad) permitiría a los muchos legionarios destacados en la zona recuperar las fuerzas y la salud; sin embargo, no se han conservado las antiguas termas, que tal vez subsistieron hasta el siglo XVI. El actual balneario, situado en la margen derecha del río Támega junto a un pequeño puente romano, aprovecha las aguas que brotan a 73º y están recomendadas para afecciones respiratorias, digestivas y músculo-esqueléticas.


Se han identificado con cierta seguridad el cardo (eje norte-sur) que corresponde a la actual rua da Trindade y el decumano (con orientación este-oeste) que pasa por la rua Direita y continúa en dirección al puente romano. En la intersección entre el cardo y el decumano, en la zona ocupada actualmente por la Iglesia Matriz, estaría el foro, plaza pública embellecida con monumentos, de donde proceden los principales restos arqueológicos y epigráficos encontrados. El dios tutelar de esta ciudad fue, a juzgar por los documentos  epigráficos, Júpiter Óptimo Máximo.


El monumento estrella de Chaves sigue siendo el espléndido puente romano sobre el Támega, construido con fábrica de sillería de granito almohadillada en época de Trajano, a finales del siglo I d.C. y principios del siglo II. Tiene 140 metros de largo y se apoya en doce arcos, de los que cuatro están soterrados. Los arcos tienen una luz de en torno a 6.25 metros y 6.10 metros de ancho; los tajamares que se ven hoy en día no son originales, y bien pudo carecer de ellos.


En el centro del puente, sobre dos pilastras modernas adosadas en 1880, se levantan dos columnas honoríficas. Una de ellas, aparecida en el lecho del río Támega en 1980,  es el interesantísimo Padrâo dos Povos, de en torno al año 79 d.C.,  con un epígrafe dedicatorio a Vespasiano, Tito, las autoridades provinciales, la Legión VII y la lista de los diez pueblos indígenas que colaboraron en la construcción del puente. Faltan líneas en las que podría haberse hecho referencia a Domiciano.


IMP CAES VESP AVG PONT / MAX TRIB POT X IMP XX PROCOS IX / IMP VESP CAES AVG F PONT TRIB / POT VIII IMP XIIII COS VI / ... / C CALPETANO RANTIO QUIRINALI VAL FESTO LEG AVG PR PR / D CORNELIO MECIANO LEG AVG / L ARRVNTIO MAXIMO PROC AVG / LEG VII GEM FEL / CIVITATES X / AQUEFLAVIENSES AOBRIGENS / BSALI COELERNI EQUAESI / INTERAMICE LIMICI AEBISOC / QUARQUERNI TAMAGANI

En el antiguo palacio de los duques de Braganza se encuentra el Museu da Regiâo Flaviense, que alberga dos colecciones de interés arqueológico: una correspondiente al período prerromano y otra al período romano, con inscripciones epigráficas, numismática, cerámica común, estatuillas, objetos de adorno, materiales de construcción, etc.


A cuatro kilómetros de Chaves, en la antigua vía hacia Asturica existe otro puente romano, de pequeño tamaño, el denominado Pontón de San Lorenzo.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Exposición de Jean-Léon Gérôme en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid



La pelea de gallos 1847 ("Escuela Neogriega")
Desde el 15 de febrero y hasta el 22 de mayo se exponen, por vez primera en España -tras el paso de una versión más amplia de esta muestra monográfica por Los Ángeles y París-, cincuenta y cinco obras de Jean-Léon Gérôme, pintor y escultor academicista francés (1824-1904), muy famoso en su época y gran amante de los temas históricos (entre ellos clásicos y orientales), que ejerció una fuerte influencia en  producciones hollywoodenses "de romanos", como Ben-Hur, de William Wyler, o Quo Vadis de Mervyn LeRoy, gracias a su facilidad para, centrándose en la anécdota,  crear imágenes concebidas de forma teatral que se convierten enseguida en populares iconos visuales.



Pollice verso  1872



Se trata de una muestra itinerante organizada por el Museo Thyssen-Bornemisza en colaboración con el Musée d´Orsay, y el J. Paul Getty Museum. 

Napoleón junto a la Esfinge 1886



Friné ante el Areópago 1861


martes, 15 de febrero de 2011

Contubernia Gregoriana VIII: El campamento romano de Aquis Querquennis

El campamento romano de Aquis Querquennis, ocupado por un destacamento militar subordinado -se piensa- de la Legio VII Gemina con cuartel general en la actual León (tal vez la III Cohorte, o, según otros, la Cohors I Gallica, destacamento mixto de caballería e infantería), gozaba de una inmejorable situación estratégica, junto al río Limia y la milla LIII de la Via Nova o Vía XVIII del Itinerario de Antonino, que comunicaba Bracara Augusta con Asturica Augusta.

Se construyó en la segunda mitad del siglo I de nuestra era (en época de Vespasiano, 69-79 d.C.), en plena consolidación de la conquista romana de la Gallaecia, pero no disfrutó de una vida muy larga, ya que fue abandonado a mediados del siglo II. La proximidad al río le proporcionaba pastos en abundancia, leña y aguas termales. Cuando en 1947 se construyó el embalse de Las Conchas, se inundó una parte importante del yacimiento, alterándose debido a la erosión producida por el agua.


El campamento es un perfecto ejemplo de estructura ortogonal: tenía planta rectangular, con las esquinas redondeadas, y cuatro entradas coincidentes con las dos calles principales (cardus maximus y decumanus maximus), ocupando una superficie de más de 25.000 m2. Todo el recinto está protegido por una muralla de piedra de casi tres metros de anchura, con las esquinas engrosadas a modo de torres. Cada cierta distancia unas torres sobresalen ligeramente de los paramentos, tanto por dentro como por fuera. Para proteger mejor el campamento, se rodearon las murallas con un foso de entre tres y cinco metros de profundidad. Las dos puertas excavadas estaban flanqueadas por dos torres de planta rectangular. La Porta Principalis Sinistra era la más ancha (23 metros de fachada) y estaba dividida en dos vanos por dos pilastras centrales de dos metros de lado; la Porta Decumana era más pequeña y de un solo vano para entradas y salidas. En el interior del campamento se dejó sin edificar un intervallum de once metros de ancho, para proteger los edificios en caso de incendio durante un ataque.



Ha sido excavado de manera sistemática desde 1975, reconstruyéndose en altura los muros, ya que algunos edificios han debido de ser desmantelados en la propia antigüedad.

En su interior destacan dos construcciones rectangulares (una tercera está sin exhumar) destinadas a barracones de tropa, divididas en dos alas simétricas en torno a un patio central, abierto por uno de sus lados; en el patio de cada uno existe una cisterna de planta circular de un metro de diámetro para almacenar agua de lluvia que se recogía mediante unos canales colocados en los tejados de paja de los barracones. Cada barracón estaba destinado a una centuria diferente. Una edificación más pequeña y rectangular adosada a estos edificios  se piensa que podía ser la residencia del centurión y sus ayudantes. En torno al patio existen diez habitaciones para los soldados (contubernia), divididas en dos habitáculos, uno destinada, tal vez, a cocina y otro a dormitorio. Como cada contubernio alojaba ocho soldados (una centruria y sus mandos debía de estar formada por unos 85 hombres), el campamento pudo contar con entre 500 y 620 hombres.



A su lado se levantaron dos edificios rectangulares identificados como horrea o graneros, para guardar cereales y demás alimentos; muestran cinco filas de pilotes colocados en paralelo para preservar en alto la comida de la humedad y de los roedores. Junto a los hórreos se encuentra un edificio cuadrado con habitaciones en torno a un patio central o peristilo, que se interpretó primero como pretorium (residencia del jefe de la guarnición militar) y luego como valetudinarium (hospital militar).

En los principia se situaba el cuartel general y los centros administrativos y religiosos. Se ordena en torno a un cuadrado de 29x29 metros ocupando una superficie total de 1.200 metros cuadrados. Consta de un pórtico (con dos posibles almacenes de armas), el foro (con un podio en el centro que pudo ser base de una estatua de una divinidad o emperador), la basílica (edificio destinado sobre todo a la administración de justricia) y, al fondo, seis habitaciones que servirían para tareas administrativas y, en el centro, una habitación con suelo sobreelevado, tal vez un aedes o recinto sacro, con la estatua del emperador, el altar de Júpiter y los estandartes de la tropa. Dos pórticos en los lados norte y sur proporcionarían abrigo en caso de mal tiempo.
Entre los restos encontrados en el lugar hay, entre otros objetos, clavos, millares de fragmentos de cerámica, espadas, útiles de construcción, juegos de mesa, monedas de Claudio, Vespasiano, Domiciano y Trajano, un Marte de hueso, un Cupido de bronce, restos de una escultura monumental y una lápida dedicada a Alepius (509 d.C.).

En las proximidades del campamento, al sur,  se asentó población civil (cannaba), aún poco conocida. Sí está excavada en parte una mansio relacionada con la Via Nova, que ocupaba una extensa superficie (casi una pequeña ciudad). Fue levantada a la vez que el campamento y estuvo en uso hasta el siglo V; junto a las orillas del pantano se ve un edificio con grandes muros con horno en el interior, el enlosado junto a una puerta y varias estancias más. En sus cercanías manan a 48ªC las aguas termales de Baño, que  dieron nombre al asentamiento de época romana. La zona termal es de difícil excavación.

Existe un moderno Centro de Interpretación. Puede verse también un vídeo sobre Aquis Querquennis en este enlace.



La Via Nova cruzaba el Limia por Ponte Pedriña, al norte del dique de contención del pantano, una zona anegada en la actualidad.

Bibliografía recomendada:
P. Barciela Garrido-E. Rey Seara, Xacementos arqueológicos de Galicia, Ed. Xerais, Vigo 2000.
X. Carballo Arceo, Arqueoloxía de Galicia. Itinerarios polo pasado, Ed. Nigratrea, Vigo 2006.


lunes, 14 de febrero de 2011

Contubernia Gregoriana VII: La villa romana de Riocaldo

En Baños de Riocaldo (Orense), en una zona próxima a la Vía Nova, junto a un río con aguas termales y en una zona fértil del valle, quedan los restos de una pequeña parte de una villa romana perteneciente a un rico propietario, típico ejemplo de villa rural destinada al  uso residencial, ganadero y agrícola. Se construyó a finales del siglo I d.C. y se reformó completamente a principios del siglo III. Poco queda perteneciente a la primera etapa; los muros y estructuras hoy visibles corresponden a los siglos III-V d.C. Se visitan sólo la cocina (con la base de un horno, similar a los hornos de otros yacimientos galaico-romanos, en una esquina) y las termas, ya que están aún sin excavar los dormitorios, el comedor y otras dependencias domésticas y de trabajo de los esclavos.
La zona de las termas consta de vestíbulo, frigidario (ambiente frío, que serviría a la vez de vestuario), tepidario (ambiente templado) y caldario (ambiente caliente), este último con un ábside en el que estaría situada una bañera de agua caliente. El suelo del tepidario y del caldario era de opus signinum (mortero de cal y arena mezclado con piedrecitas y tejas o ladrillos machacados) y bajo él, y sujeto por suspensurae realizadas con ladrillos de 60 centímetros de lado, se encontraba el hipocausto, sistema de calefacción por medio de la circulación de aire caliente producido en la caldera central (praefurnium). El hipocausto que vemos es reconstruido, pero se trata del único ejemplo en los yacimientos gallegos de este tipo de calefacción frecuente en el mundo romano.

Debido a su cercanía a la Vía Nova, algunos piensan que la Villa de Riocaldo pudo ser la mansio (casa de postas u hospedería) denominada en algunos textos latinos Aquis Originis (Itinerario de Antonino), en la que se proporcionaría alojamiento y termas a los transeúntes. Aquis Originis debería su nombre a la existencia del manantial de aguas calientes que surge del río Caldo en el lugar de Baños, cerca de la villa romana y que sería utilizado libremente por los viajeros. Otros autores piensan que la mansio está todavía por descubrir.
Las aguas termales que brotan junto a la actual playa fluvial son excelentes para los problemas reumáticos, dermatológicos y respiratorios.

domingo, 13 de febrero de 2011

Contubernia Gregoriana VI: Castromao

El asentamiento castreño de Castromao (Celanova, Orense) estuvo habitado entre los siglos VI-V a.C. y el siglo III d.C. Está formado por varios recintos: en la cima del otero existe una plataforma superior con prominencias rocosas en la que quedan restos de los cimientos de una ermita medieval de planta rectangular y un petroglifo con cazoletas (agujeros circulares en la roca). El terreno desciende, luego, suavemente en las laderas norte y oeste, formando un semicírculo protegido por muros de contención que da lugar a otra terraza, en la que quedan algunos restos. En una plataforma más baja, amurallada, se han encontrado cerca de setenta estructuras más, excavadas desde mediados de los años 60. Se piensa que la única entrada al recinto estaba en la zona suroeste, donde existe un fuerte desnivel.


                                                                      Foto: Óscar Soto

                                                                         Foto: Óscar Soto
Una muralla de piedra de doble paramento protege construcciones domésticas de planta circular, cuadrada o rectangular, con esquinas redondeadas o angulares; algunas tienen vestíbulo con abrevadero, y conservan las soleras de las puertas.




Han aparecido numerosos restos de cerámica, metal, piedra y vidrio que se conservan en el Museo Arqueológico de Orense. Destacan, entre todos ellos, una pequeña escultura en piedra de bulto redondo con forma de simio y la célebre tessera hospitalis de Castromao, una placa de bronce en la que queda constancia de un pacto firmado en el año 132 d.C. entre el pueblo de los Coelerni y el prefecto romano de la Cohors I Celtiberorum: “Siendo cónsules Gneo Julio Serio Augurino y Gneo Trebio Sergiano, los Coelerni de la Hispania citerior y del convento de Bracara, hicieron un pacto de hospitalidad con Gneo Antonio Aquilo Novaugustano, prefecto de la Primera Cohorte de los Celtíberos y con sus hijos y descendientes. A su vez, Gneo Antonio Aquilo hizo un pacto de hospitalidad con los Coelerni y con sus descendientes.” Hay quienes piensan, pues, que la antigua ciudad de Castromao pudo haberse llamado Coeliobriga. La existencia de numerosos restos de época  romana en los alrededores del castro atestigua con total seguridad  la existencia en torno al castro de un asentamiento romano muy extenso.

Bibliografía recomendada:
P. Barciela Garrido-E. Rey Seara, Xacementos arqueológicos de Galicia, Ed. Xerais, Vigo 2000.
X. Carballo Arceo, Arqueoloxía de Galicia. Itinerarios polo pasado, Ed. Nigratrea, Vigo 2006.

Contubernia Gregoriana V: La Via Nova y su inmensa concentración de miliarios

La denominada Via Nova (Vía XVIII del Itinerario de Antonino) fue construida a finales del siglo I d.C., en época de Vespasiano y Tito, para unir las zonas mineras de los ríos Sil, Lor y Bibei con Braga (Bracara Augusta) y Astorga (Asturica Augusta), capitales romanas de sus respectivos conventos jurídicos, que distaban una de otra doscientas diez millas romanas (algo más de trescientos kilómetros).

Se conserva bien en algunos tramos, entre ellos el más próximo a Ponte Nova, que baja, con una pendiente del seis por ciento, a lo largo de tres kilómetros hacia Baños de Riocaldo. Su anchura alcanzaba entre cinco y siete metros, de manera que podían cruzarse dos carros. El firme era de cantos rodados recubiertos con arena. Para su construcción, en la ladera del monte, se cortó la roca por un lado y se levantó un muro de contención por el lado opuesto. El camino actual, rehabilitado no al gusto de todos, es más estrecho (corresponde a un camino medieval que sigue el mismo trazado) y transcurre en una cota más honda (hasta tres metros más abajo), por lo que quedan sobreelevados los cortes en la roca que marcan la rasante de la calzada antigua, de manera que se reconocen bien las partes romanas por su mayor anchura, restos de piedras sueltas y los muros de contención y los cortes en la roca.

Es extraordinario el número de miliarios conservados en esta calzada. A Ponte Nova se han trasladado dieciocho miliarios (completos o rotos) desde Lama de Picón (milla XXXV de la Via Nova) y Chan dos Pasteroques (milla XXXVI). Están dedicados a varios emperadores (Adriano, Caracalla, Marco Aurelio, Majencio, Juliano…) y se fechan entre finales del siglo II y finales del IV. Aunque algunos no tienen epígrafe, en otros se conserva la dedicatoria al emperador y la distancia en millas a Bracara Augusta.

Subiendo desde Ponte Nova se llega al regato llamado Mixaceira (o del Crasto), donde quedan restos del estribo de un puentecito de época romana, luego a Chan dos Pastoreques (en el que se sitúa un  miliario dedicado en el 307 d.C. a Constantino I  y de donde se llevaron siete miliarios a Ponte Nova),  Lama de Picón (con un miliario del 293 d.C. dedicado a Constancio I en el lugar, ya que los otros nueve fueron también trasladados) y finalmente Portela de Home.



En el lugar donde estuvo la aduana portuguesa de Portela existen ocho miliarios que marcan la milla XXXIV de la Via Nova. Están dedicados a Tito, Domiciano, Caracalla y otros emperadores.  Saliendo ya del Parque Natural de Baixa Limia-Serra do Xurés y continuando junto al río Homem, ya en el Parque de Peneda-Gerês, se ven los estribos de un puente romano y unos kilómetros más adelante (en la milla XXXIII), agrupados,  veinte miliarios más.

El Patronato Provincial de Turismo de Orense propone un itinerario cultural  por esta Via.

Bibliografía recomendada:
P. Barciela Garrido-E. Rey Seara, Xacementos arqueológicos de Galicia, Ed. Xerais, Vigo 2000.
X. Carballo Arceo, Arqueoloxía de Galicia. Itinerarios polo pasado, Ed. Nigratrea, Vigo 2006.

martes, 8 de febrero de 2011

Visita a la exposición: "Alejandro Magno: encuentro con Oriente" en la Sala de Exposiciones Arte Canal



El 9 de marzo acudiremos a visitar esta exposición, deteniéndonos en algunos objetos seleccionados de cada sala  y viendo el documental en 3D titulado "Alejandría, el sueño de Alejandro", que permite acercarse al helenismo en Egipto, que no tendría cabida de otra forma. Como introducción a la visita, recomendamos echar un vistazo a la página web oficial. En "Prensa" se accede a una muy útil selección de piezas destacadas, con imágenes y comentarios en PDF.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Contubernia Gregoriana IV: Santa Comba de Bande (Orense)

La construcción de una iglesia en este lugar puede estar relacionada con la existencia de un manantial en sus cercanías (unos 25 metros al sur de su esquina sureste). La proximidad de esta y otras iglesias visigodas a manantiales (como San Juan de Baños y Santa Eulalia de Bóveda) sugiere que debieron de ser con anterioridad lugares de culto paganos. En su interior se han reutilizado columnas romanas de mármol negro y estilo corintio degenerado, traídas hasta este lugar desde un asentamiento romano al norte de Bande. El pie de la pila bautismal es un miliario de la Via Nova (Calzada XVIII) y cuenta con un  ara (altar) dedicado a Júpiter.
Santa Comba  (Columba)  fue una virgen martirizada con la decapitación, a la que se relaciona con Sens (Francia). Su culto se extiende en Galicia en la Edad Media, tal vez mezclando dos santas diferentes con igual nombre, la de Sens (s.III) y la de Córdoba (s. IX). Se la consideraba como santa patrona de las brujas, tanto a favor como en contra de ellas. Según una leyenda, Comba era una meiga que encontró en su camino a Jesucristo; él le advirtió que sería bruja, pero no entraría en su reino. La joven se arrepintió, se convirtió, murió por no renegar de su fe y llegó a santa.

La iglesia de Santa Comba de Bande es, según muchos autores, de origen visigodo (segunda mitad del siglo VII), aunque restaurada desde sus cimientos por el rey asturiano Alfonso III en el año 872. Otros consideran, sin embargo, que pudiera haber sido construida a finales del siglo VI (tras la incorporación del reino suevo de Galicia a la monarquía toledana). Sería, por lo tanto obra sueva, lo mismo que -sugiere Óscar Soto- San Pedro de Balsemâo (Lamego) y San Fructuoso de Montelios (Braga, véase foto más abajo), ambas en el vecino norte de Portugal, mucho más próximas que Toledo. En el siglo XVI se le adosó el gran porche en el lado occidental como lugar de reunión del pueblo. Su planta originaria era cruciforme, con ábside en forma de arco de herradura (como la de Santa María de Melque) y las cámaras laterales se añadieron en el siglo IX.

  Se encuentra en un magnífico estado de conservación. Las pinturas del interior, tardomedievales, han sido también restauradas.


Para más información sobre aspectos arquitectónicos y decorativos puede verse este enlace de interés.

San Fructuoso de Montelios