martes, 7 de junio de 2011

Ocho años de licantropía...


Árcade fue el hijo que Zeus tuvo con una de las compañeras de Ártemis, Calisto, a la que la diosa convirtió en osa como castigo por la pérdida de su virginidad. El niño fue criado por la ninfa Maya, la madre de Hermes. Cuando ya era mayor, intentando cazar una osa que se había refugiado en el templo de Zeus Liceo (en el monte Liceo, en Arcadia, se sitúa a veces el nacimiento de Zeus), Árcade penetró en el lugar sagrado, sin saber que perseguía a su propia madre. Por realizar una acción prohibida, ambos debían morir. Para evitarlo,  Zeus los transformó en la Osa Mayor y Arturo,  el “guardián de la osa”.

Según algunos autores, Calisto era hija del rey arcadio Licaón: deseando comprobar si Zeus (que se le había aparecido con aspecto de jornalero para poner a prueba su comportamiento) sabía o no todo, le sirvió (el propio Licaón o, según otros, sus impíos hijos) para comer un guiso hecho con los miembros despedazados de Árcade, pero Zeus se dio cuenta, derribó la mesa, fulminó la casa de Licaón (hijos incluidos, excepto el menor) y lo transformó en lobo (Ovidio, Metamorfosis I 231 ss.; según Pausanias, VI 8,2 y VIII 2,6 Licaón sacrificó un niño recién nacido sobre el altar de Zeus Liceo). Luego, reunió los miembros de Árcade y le devolvió a la vida (historia que recuerda la del hombro de marfil restituido a Pélope, troceado y servido a los dioses por Tántalo, su padre, y que sólo engañó a Demeter). 

 Júpiter y Licaón ( J. Cossiers, Museo del Prado)


Relacionado con el mito de Licaón (cuyo nombre se ponía en relación con el término lýkos, “lobo”) y el templo de Zeus Liceo (relacionado con el mismo término) en Arcadia  existía la creencia de que allí se practicaban sacrificios humanos y los asistentes “comulgaban”  con las entrañas de las víctimas. Se convertían entonces en lobos y la única manera de recuperar su primitiva forma abstenerse de comer carne humana durante ocho años. Sin embargo, la arqueología no ha encontrado allí restos de víctimas humanas.
También Circe podía transformar en lobos a los hombres que llegaban a su isla.

 Circe y sus amantes (D. Dossi, ca. 1525)

Heródoto (Historia IV 105, 2) transmite la creencia  extendida entre los escitas y los griegos establecidos en Escitia (que a él, por cierto, no le convence) de que todo neuro se convierte una vez al año en lobo durante unos días y luego recobra su forma primitiva. Se ha interpretado esta noticia como eco de una ceremonia (posiblemente, un rito de iniciación) en la que los hechiceros y sus ayudantes se cubrirían con pieles y máscaras de lobo. También Platón (República 565d) relaciona con el santuario de Zeus Liceo de Arcadia la historia que afirma que quien ha probado vísceras humanas troceadas entre las de otras víctimas se convierte en lobo.

1 comentario:

  1. Son muy interesantes todas las historias mitológicas, y la prueba es que los liros y películas sobre la mitología actuales se ven y leen con mucha profusión. Saludos a todos.

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